Encontré este ejemplar en el Carrefour por un euro y no pude sustraer a comprarlo: es una lástima que para esta colección de recopilaciones de cuentos relacionadas con un tema esté dirigida por personas que no pueden resistirse a introducir las obras de colaboradores estrechos de la editorial, que por norma general son las más flojas de las incluidas y las que restan calidad al volumen. Victoria Robbins y Manuel Yáñez Solana están en la mayoría de los libros de esta colección que he encontrado y rebajan considerablemente la estima en que pudiera tenerlos, si bien la edición llena de faltas de ortografía y frases un tanto raras (no sé si es porque la prosa es antigua o porque los traductores iban con prisas, según el caso) ya resta bastantes puntos.

En este caso en concreto, aunque uno de los cuentos es directamente ciencia ficción y no sé por qué se lo ha incluido en esta selección, se trata de relatos basados en lo sobrenatural: La casa del juez (de Bram Stoker, que comparado con La joya de las siete estrellas y La guarida del Gusano Blanco está bastante bien); El Miserere (de Gustavo Adolfo Bécquer, autor que por ser yo sevillana tuve que leer en el colegio y por tanto no sólo terminó por gustarme, sino que debe ser la enésima vez que leo una leyenda suya); Muerte Tuna (de Manuel Yáñez Solana, un cuento histérico cuya forma de narrar no me ha gustado nada); La resurrección de Beatriz Toledo (otro de Manuel Yáñez Solana, se ve que la gente que publica en la editorial EDIMAT no cobra derechos de autor o algo, porque este es un cuento de ciencia ficción y tampoco es de la más original); La caída de la casa Usher (de Edgar Allan Poe, que tan de moda está este año porque el año pasado se cumplieron doscientos años desde su nacimiento); Doña Jimena (de Ramón López Soler, historia de fantasmas al uso que no es sino un capítulo de una obra de mayor extensión, con lo cual el final queda en suspenso, no se resuelve nada, y sólo queda curiosidad por conocer la novela completa); En el camino de Brighton (de Richard Middleton); y El yunque de Satán (de Victoria Robbins, estupenda muestra de cómo se puede abusar del adjetivo y aun así desarrollar una prosa apresurada que sólo describe las cosas por encima).

En conclusión, aunque este libro contiene cuentos muy buenos de autores consagrados, no es el que más me ha gustado de los que he podido leer de esta colección, así que irá a la calle con ocasión del Día del Libro.

WILD RELEASE NOTES:

El día 23 de abril es el Día del Libro así que pienso celebrarlo soltando unos cuantos libros por el centro, comenzando por Puerta de Jerez (que es donde me deja el metro :P). ¿La hora? Sobre las cinco de la tarde. ¡Suerte con la caza!

En caso de que llueva, procuraré ir dejándolos bajo techo (la parada del metro, el bar donde me meta a tomar café, etc).