El humo de Birkenau
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“Seis relatos sobre las condiciones de una vida llevada al límite de lo humano. No son muchos los testimonios literarios del Holocausto desde el punto de vista femenino: en las condiciones del campo la supervivencia de las prisioneras se hacía doblemente difícil”.
Con introducción de Primo Levi.
Con introducción de Primo Levi.
Me pasó con este libro lo mismo que con "Sin destino" de Imre Kertész: los hechos son relatados con tal objetividad, con un realismo tan desprovisto de subrayados ni vehemencia, que resultan doblemente sobrecogedores.
¿Con qué palabras se pueden describir situaciones como estas? Pues al final resulta que con las mismas que utilizamos para describir la vida de cualquier ciudadano normal en cualquiera de sus estados de ánimo; sólo que en este caso la normalidad de millones de personas era el horror y la muerte y la nada.
Alguien dijo que nos empeñamos en buscar en el Mal una raíz sobrenatural, como si fuese algo ajeno a nosotros, cuando en realidad el ser humano es capaz de cualquier cosa... y eso aquí se toca.
Hay muchas maneras de destruir a una persona, y quizás convertirla en humo no sea lo peor; a lo mejor es levantarse cada día viendo y sintiendo menos humanidad, olvidando la propia dignidad o quién era uno antes de despertar en una pesadilla así. Por eso me llamó especialmente la atención la adaptación al medio de las kapos, las jefas de barracón, las vigilantes, que no eran otras que prisioneras con ciertos privilegios. No parece que hubiese muchos nazis cuidando el campo porque para eso las tenían a ellas (otra vuelta de tuerca en sus métodos de exterminación) y son ellas las más crueles y despiadadas, con poder para mandar al horno a una presa o para matarla a golpes sin pestañear.
¿Cómo habrán explicado esas supervivientes su actuación allí dentro? Seguramente habrán argumentado que sólo eran víctimas como las demás y que sólo querían salir de allí vivas; que con tal de escapar a la muerte uno hace lo que sea y pasa por encima de quien sea; que todo depende de la voluntad personal de vivir o de morir...
¿Cómo se vuelve a la “normalidad” después de vivir en el infierno?. Dice Primo Levi en la introducción, que en cada uno de estos seis relatos hay tristeza sin ira, “dolorosa sabiduría mundana” y que eso demuestra que la autora no sufrió en vano, como decía también Víktor Frankl en "El hombre en busca de sentido".
Que nada haya sido en vano y que hayamos aprendido algo.
¿Con qué palabras se pueden describir situaciones como estas? Pues al final resulta que con las mismas que utilizamos para describir la vida de cualquier ciudadano normal en cualquiera de sus estados de ánimo; sólo que en este caso la normalidad de millones de personas era el horror y la muerte y la nada.
Alguien dijo que nos empeñamos en buscar en el Mal una raíz sobrenatural, como si fuese algo ajeno a nosotros, cuando en realidad el ser humano es capaz de cualquier cosa... y eso aquí se toca.
Hay muchas maneras de destruir a una persona, y quizás convertirla en humo no sea lo peor; a lo mejor es levantarse cada día viendo y sintiendo menos humanidad, olvidando la propia dignidad o quién era uno antes de despertar en una pesadilla así. Por eso me llamó especialmente la atención la adaptación al medio de las kapos, las jefas de barracón, las vigilantes, que no eran otras que prisioneras con ciertos privilegios. No parece que hubiese muchos nazis cuidando el campo porque para eso las tenían a ellas (otra vuelta de tuerca en sus métodos de exterminación) y son ellas las más crueles y despiadadas, con poder para mandar al horno a una presa o para matarla a golpes sin pestañear.
¿Cómo habrán explicado esas supervivientes su actuación allí dentro? Seguramente habrán argumentado que sólo eran víctimas como las demás y que sólo querían salir de allí vivas; que con tal de escapar a la muerte uno hace lo que sea y pasa por encima de quien sea; que todo depende de la voluntad personal de vivir o de morir...
¿Cómo se vuelve a la “normalidad” después de vivir en el infierno?. Dice Primo Levi en la introducción, que en cada uno de estos seis relatos hay tristeza sin ira, “dolorosa sabiduría mundana” y que eso demuestra que la autora no sufrió en vano, como decía también Víktor Frankl en "El hombre en busca de sentido".
Que nada haya sido en vano y que hayamos aprendido algo.
Se lo dejo a Biosbardo en el próximo encuentro del día 12.
Interceptado!!!!
Oir a Sommer hablar con tanta pasión de este libro es suficiente para convencer a cualquiera de que vale la pena. Así que de paso que hago de correo, buscaré un rato para leerlo y "sufrirlo", porque el tema es de esos que no te pueden dejar indiferente.
Gracias, guapa, prometo no retrasar la entega.
********************************************
Las palabras me parecen poco para expresar lo que sentí al leerlo, es increíble que la autora consiguiera transmitir todo el horror de su experiencia simplemente juntándolas frase tras frase. El resultado es sobrecogedor, por momentos necesité escapar cerrando el libro durante unos instantes, o incluso saltándome algún párrafo que me angustiaba en exceso.
Toda la obra es impresionante, pero me quedo con la siguiente reflexión: "Al mismo tiempo comprendimos que expiación, pena y castigo no son más que vanas palabras. Nadie puede sentirse compensado con el dolor ajeno; todos los sufrimientos de los alemanes no nos habrían devuelto jamás ni siquiera un cuarto de hora del tiempo que pasamos castañeteando los dientes por el frío, viendo pasar por encima de nuestras cabezas las humaredas del crematorio más cercano"
Oir a Sommer hablar con tanta pasión de este libro es suficiente para convencer a cualquiera de que vale la pena. Así que de paso que hago de correo, buscaré un rato para leerlo y "sufrirlo", porque el tema es de esos que no te pueden dejar indiferente.
Gracias, guapa, prometo no retrasar la entega.
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Las palabras me parecen poco para expresar lo que sentí al leerlo, es increíble que la autora consiguiera transmitir todo el horror de su experiencia simplemente juntándolas frase tras frase. El resultado es sobrecogedor, por momentos necesité escapar cerrando el libro durante unos instantes, o incluso saltándome algún párrafo que me angustiaba en exceso.
Toda la obra es impresionante, pero me quedo con la siguiente reflexión: "Al mismo tiempo comprendimos que expiación, pena y castigo no son más que vanas palabras. Nadie puede sentirse compensado con el dolor ajeno; todos los sufrimientos de los alemanes no nos habrían devuelto jamás ni siquiera un cuarto de hora del tiempo que pasamos castañeteando los dientes por el frío, viendo pasar por encima de nuestras cabezas las humaredas del crematorio más cercano"
Ahora sí que está conmigo. Muchas gracias por el préstamo,Sommer
Cuánto sufrimiento hay en estas seis historias... Qué tremendo testimonio de cómo es la rutina en un campo de concentración, como se va viviendo -sobreviviendo- allí dentro, intentando sufrir lo justo, sabiendo que al levantar la mirada encontrarán los hornos crematorios siempre funcionando, con sus chimeneas lanzando personas al aire permanentemente. ¿Cómo se vive con esa angustia, sabiendo que ese sería el destino más probable para la mayoría de los prisioneros?.
Sommer, muchas gracias por compartir este libro tan sobrecogedor.
Sommer, muchas gracias por compartir este libro tan sobrecogedor.
RELEASE NOTES:
Liberación controlada, se lo devuelvo a sommer69.
Liberación controlada, se lo devuelvo a sommer69.