"El profesor David Kepesh se despierta un día transformado en un pecho de mujer de setenta kilos. Lo que ocurre a continuación es una bizarra y extravagante alegoría kafkiana, en esta ocasión canalizada a través de una reflexión sobre la complejidad de nuestra sexualidad y la subjetividad con que normalmente es tratada."

De principio a fin tuve presente a Woody Allen, por el sentido del humor que recorre el relato y porque se me quedó grabada aquella imagen de Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo y no se atrevió a preguntar, en que un pecho gigantesco persigue a un hombre (no recuerdo si era él) por un prado lanzándole chorros de leche..., por lo que supongo que a él también le llamó la atención esta historia.
Aunque no llega a las cien páginas, la anécdota de la que parte, con ser tan bizarra y tan provocadora se agotaría después de la sorpresa inicial si no hay un discurso detrás, y lo hay: el aburrimiento del Hombre ante la vida, las relaciones de pareja, la asunción de que su destino escapa a su control, (en este caso porque una noche tienes un escozor y por la mañana te encuentras con que tu vida ha dado un vuelco) y el sexo como una obsesión tragicómica que llena sus horas pero que está condenado a no satisfacer (como tampoco satisfacía cuando era un hombre y no un pecho de 70 quilos) y el absurdo, siempre el absurdo, como él recuerda citando a Kafka o a Gogol. La clave está en la frase final: Has de cambiar tu vida...
Me ha encantado.

Si Sommer lo recomienda, hay que hacerle un hueco en la pila de pendientes, y por supuesto, colarlo descaradamente!!!!

Impresionante. Es muy corto, pero muy intenso. Fascinante los pasos que da el personaje en la "aceptación" de su situación, los paralelismos que él mismo señala con "La metamorfosis", sus pensamientos...
Jeje, se podría apostillar: Hombres, siempre pensando en lo mismo!!!! ;-p
Pronto volverá con su dueña. Sommer, gracias por el préstamo.