Cubierta: "En el Madrid de los últimos años de la dictadura franquista, el joven protagonista de esta novela vive inmerso en la lucha por cambiar la situación política del país. Una lucha destinada al fracaso y, quizá peor, a la amarga aceptación de una derrota íntima".

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No me gustan las historias sobre la Guerra Civil española o sobre los años que vinieron después, hasta la democracia. Aunque nací ya en democracia, crecí con las historias que mis mayores contaban sobre aquellos años negros. He leído algunas novelas enmarcadas en esta época y me gustaron mucho, pero me dan mucha pereza.

Ni siquiera sé por qué compré este libro, aunque me costara muy barato con el periódico, porque es el típico que no iba a leer, pero de pronto un reto requería hacernos una foto en el lugar donde sucedieran los hechos y además es corto, así que lo cogí de la estantería sin dudarlo. Bueno, dudándolo un poquito.

Me he encontrado con un libro entretenido donde el narrador es un farsante. Y le llamo farsante porque es un estudiante que no estudia; es un comunista de boquilla que acude a una manifestación de chiripa solo porque al autor le convenía que justo ese día apareciera por la universidad para contarnos cómo eran los encuentros de aquella época entre estudiantes y grises; va de perpetrador de conspiraciones que suelta la información en cuanto tiene oportunidad. Además es un protagonista que no actúa, simplemente está ahí para contarnos, así que es tan aburrido como personaje como lo es como persona, que no hace gracia ni cuando se mea encima. Es tan convencional que al final tiene dos secretos: la memoria de los hechos del 74... y la amiga de Ataúlfo enseñándole la teta. ¿En serio? ¿Termina la historia con esto, reduciéndolo todo a un desnudo, haciendo que el protagonista piense con su pene y no con su cabeza?

A pesar de todo esto que estoy diciendo, me resultó entretenido, incluso sabiendo que todo va a salir mal desde la primera página y porque la Historia es la que es. Supongo que tanto rodeo describiendo la ciudad y las idas y venidas del narrador crea cierta tensión, pero no me crea ganas de leer más al autor.

Liberado en recuerdo de Marikilla, una becera que ya no está con nosotras y que estaba hoy de cumpleaños.

Libero porque soy becera. ¡Buen viaje!